A casi 24 años del 27 de Febrero de 1989
Foto: AVN / Cortesia Francisco Solorzano
Dentro de un mes y unos días se
estaran cumpliendo 24 años de un hecho, que hasta la fecha sigue siendo
clandestino para las mayorías, en un país de gente muy joven y donde
todos los aparatos de alienación funcionan coordinadamente para hacernos
un pueblo de memoria muy corta.
Usted no conseguirá nada de lo
que ocurrió un 27 de febrero de 1989 en ningún libro de texto escolar,
que se refiera al hecho como lo que fue: una rebelión popular. Escuchará
siempre hablar de hordas enardecidas que salieron a saquear, vándalos y
delincuentes. En otros casos podrá leer que fueron las masas
desorganizadas que salieron a las calles a protestar contra el gobierno
del recién elegido presidente. Nadie admite lo que realmente pasó, cada
quien según su óptica cada quien según su interés.
Hace más de
500 años que nosotros como clase no existimos para la historia, de vez
en cuando aparecemos como anécdotas, como los extras de la película,
como los utilitis, como los nadie, sólo existen los que reúnen las
características físicas del clase media o el riquito de siempre
aceptadas que tienen un nivel económico mínimo aceptable, para pagar por
su fotografía en los legendarios libros de la historia oficial.
Toda la historia que conocemos, está conformada por héroes blancos
(salvo excepciones de gente que murió fusilada), muy lindos y valientes,
tipos extremadamente educados, de buen hablar, de buen comer y de buen
vestir, de modales excelsos, de familias decentes, que al morir siempre
dicen frases celebres. Todo lo que no reúne estos requisitos,
sencillamente no aparece, porque debemos recordar que la historia la
escribe quien gana las guerras, yo diría más bien que la historia la
escribe quien se adjudica la victoria, porque siempre las hemos ganado
nosotros, sólo que otros se las apropian.
El 27 de febrero no
existe para la historia oficial como lo que es, porque no se le puede
adjudicar el liderazgo de lo ocurrido a ningún blanco aristocrático y
lindo personaje (ni de la izquierda venezolana, y mucho menos de
derecha) y no estaba ninguno porque ninguno se encontraba afectado por
el sistema económico que nos estaba jodiendo a todos los que no salimos
en la foto de familia. Se encontraban demasiado cómodos en este sistema
que les rendía y les rinde permanentemente grandes dividendos, y por
tanto sus intereses de clase de ninguna manera tenían conexión con los
que ese día salieron a las calles y a la fecha no han regresado.
El 27 de febrero de 1989 es talvez el inicio de lo que conoceremos como la historia del despertar del pueblo venezolano, ese día empezamos a escribir nuestra historia, la de los pobres y no podia ser de otra manera, la escribiriamos con sangre.
El 27 de febrero de 1989, fue la aparición en escena de un pueblo que
había sido acallado a coñazo y plomo limpio, la cadena de hechos sin
aparente coordinación que se desatan en Guarenas esa mañana, fueron el
grito de basta ya de una clase oprimida, explotada, humillada hasta más
no poder por un sistema que los robaba día tras día y que pretendía a
través de medidas aún mas brutales quitarles más. Ese día no tiene
héroes ni lideres individuales, porque es de las pocas veces que este
pueblo a lo largo de su historia se identificó como clase y no se
movilizó como gremio.
Hay datos interesantísimos de esos días,
como por ejemplo, salvo uno que otro chino, portugués, árabe o bodeguero
venezolano, que salieron a tirarle plomo a la gente para proteger su
propiedad, no fue contra la gente que se atentó, se atentó contra la
propiedad, no hay una sola casa del este de la ciudad de Caracas o del
Norte de Valencia, quemada, no hubo empalamiento de ricos, o
ajusticiamiento de jueces, de políticos, no se atentó de forma directa
contra la gente se atacó la base del sistema, se le fue a su yugular,
conciente o inconcientemente se atacó la propiedad masivamente. ¿Cómo
era esto posible, cómo un pueblo explotado, inculto, pobre en varias
escalas, podía no atentar contra los dueños, contra los explotadores?
Sin embargo en menos de dos días gran parte de Caracas se encontraba en
llamas y el botín de la batalla quedaba resguardado en los inexpugnables
barrios y cerros a los cuales los dueños les temían y les siguen
temiendo. Ese día hubo sancochos carne asada, se dio la parranda, otro
dato que pretenden criminalizar cuando nos dicen que los venezolanos
somos parranderos y flojos. Arriba en el barrio ardía la brasa donde se
iba a tirar el pedazo de carne confiscado a los ricos y abajo ardían sus
carnicerías y centros comerciales.
La afrenta no podía quedar
así, esos malditos no podían ganarle una al sistema, esos hechos debían
ser vengados y la sociedad civil por tanto exigió sangre para lavar sus
pérdidas materiales.
La más brutal represión conocida se
expandió por todo el país y como el himno burgués que tenemos, todo se
hizo primero en Caracas ya después los demás seguirían el ejemplo. Para
la historia oficial de esos días de lo que más se habla es de la
represión, trampa mediática que sólo sirve para ocultar lo que ocurrió
antes de su llegada. Para el sistema existen medidas excepcionales que
deben ser aplicadas para sostenerse, han sido puestas en práctica y han
funcionado, el infundir terror es una de esas medidas por cierto muy
efectiva. Se pensó que el pueblo venezolano se agazaparía por bastantes
años, pero de nuevo irreverente y subversivo la respuesta ahora se da
dentro de las mismas fuerzas armadas, mientras existen pueblos que
llevan 30 años escondidos después de las masacres, aquí no pasaron ni
tres años, qué pueblo tan extraño somos.
Los intelectuales,
políticos y académicos, de toda ralea han intentado darle algún tipo de
explicación a eso que siente la gente por Chávez, dicen que "porque
asumió la responsabilidad y aquí nadie se hacía responsable por nada",
"porque dijo “Por Ahora”, "porque era un tipo con las bolas puestas". Sin
embargo hace algunos días viendo un video donde se conmemoraban los 20 años del 4 de
febrero, viendo el mil veces visto video del "Por Ahora" algo me llamó
profundamente la atención. El único negro en la imagen era él, el único
cara de indio en la imagen era él, el único parecido a mi era él. Otra
vez Boves, otra vez el 27 de febrero, otra vez nosotros.
POR ESO Y PARA SIEMPRE NOSOTROS SOMOS CHAVEZ
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