Desde
hace ya bastante tiempo, he seguido la andanada de discursos contra la
oposición por todos los medios del sector público, por todas las radios
comunitarias, las televisoras, los periódicos, no existe un solo medio
de información que no hable de la oposición, no hay un analista que no
se de banquete nombrando a la oposición, criticándola, burlándose,
condenándola, no hay un sólo programa de radio o televisión, o una
columna de periódico en donde sus autores o animadores o analistas no
sea sabio, experto de oposición. De no ser porque Chávez aparece de vez
en cuando por ahí en algún acto no nos percataríamos de que existe una
revolución de carne y hueso en las calles, de que hay un coñazo de gente
con ganas de decir y hablar de cosas interesantes para fortalecer lo
que está ocurriendo en el marco de la revolución planetaria y en donde
nosotros como pueblo estamos haciendo grandes aportes. Citando al viejo
Augusto Kyapo “¡Se está perdiendo un tiempo precioso!” en pendejadas
agrego.
En
una revolución hablan los hechos y los discursos le obedecen, que
necesidad tenemos de nombrar o acusar de ladrón al ladrón sino puedes
eliminar la motivación del acto, ¿por qué? desgañitarse señalando al
asesino si esa es su costumbre y diga lo que se diga lo hará porque es
así como obtiene el beneficio, o es que de verdad creemos como los niños
que tapándonos la cara y pegando gritos desaparecerá el peligro, ¿por
qué? en vez de creer o pensar (quienes todo el día hacen eso y de paso
con muy poca humildad en la mayoría de los casos) que somos brutos o
ignorantes, porque toda esa información repetitiva e insustancial
entiendo que está dirigida a nosotros. Repito porque en vez de hacer eso
no nos dedicamos colectivamente a pensar y hablar de nosotros mismos,
la mejor manera de hacer las cosas, a un pueblo en revolución que unos
esclarecidos le tengan que estar todo el día diciéndole como hacer las
cosa y quien es su enemigo, es un pueblo que merece la esclavitud y que
yo sepa hay una inmensa cantidad de gente que está construyendo otra voz
con sus hechos de carne y hueso.
Un
dato: en todas las elecciones que se han realizado no nos hemos
equivocado y ellos tampoco el problema es de clases, nosotros tenemos
que entender que en esta guerra no gana el que más hable mal del
enemigo, sino el que esté mejor preparado, organizado y claro en los
objetivos. Dejemos
de hablar babosadas en contra de la oposición y pensemos y armemos la
campaña de la batalla del siete de octubre colectivamente. Ellos que
hagan lo que tienen que hacer, nosotros alerta y hagamos lo que nos
corresponde como pueblo.
HACIA PRIMER ENCUENTRO FILOSÓFICO DE LOS POBRES
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